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Introducción

Gobernar la Ciudad de México es uno de los retos más grandes que puede haber. Es la capital del país, la entidad que le da nombre a la Nación, el territorio que ocupó el imperio mexica, es referente cosmopolita y también la cuna del movimiento de transformación que hoy dirige el rumbo de la patria. La ciudad fue el laboratorio de los grandes programas sociales que hoy son derecho a nivel nacional como la pensión para adultos mayores. Aquí nació Mi Beca para Empezar que próximamente beneficiará a niñas y niños alumnos de educación básica en todo el país.

Por eso, en este último tramo de la administración 2018-2024 hemos instrumentado una visión de bienestar global en la administración pública que se resume en el lema Gobierno con Acento Social.

Con tres encomiendas: gobernabilidad, transformación y reafirmación de la ciudad como una entidad progresista. En este último tramo, los servidores públicos de todos los niveles reafirmaron la determinación de estar volcados en las calles de colonias y barrios para atender la demanda ciudadana y comprender la problemática de las personas. El Gobierno de territorio, no de escritorio. Sin descuidar las orientaciones generales, acciones, obras y programas iniciados por la Dra. Claudia Sheinbaum Pardo, actual Presidenta Electa de México, la presencia territorial del gobierno permitió resolver algunos problemas históricos de la gente:

Se dio un impulso especial al combate a los talamontes en la zona sur de la ciudad; concretamos el rescate del predio conocido como El Parián, en Coyoacán. Lo que antes eran las ruinas de un banco, ahora es una centro comunitario gratuito al servicio de las personas; también se logró regenerar la Avenida Coltongo, en Azcapotzalco, que estaba invadida por tarimas que dificultaban el paso de transeúntes y el tránsito vehicular, lo que generaba inseguridad y malestar de vecinas y vecinos. La comunidad de Caltongo, en Xochimilco, después de décadas de fundada, ahora cuenta ya con drenaje, lo que evitará que las personas vivan inundadas de desechos, a merced de las enfermedades.

Los Comedores Comunitarios incrementaron su presupuesto en $100 millones, con los que se asegura que los más pobres de la ciudad ejerzan su derecho a la alimentación.

Avanzamos en el rescate de los pequeños espacios públicos de la ciudad. Mejoramiento Barrial pasó de $10 millones a $150 millones que se invirtieron en infraestructura urbana de las colonias.

Dimos pasos importantes en la recuperación del espacio público para el disfrute de la gente: el Zócalo Peatonal es, sin duda, el emblema de este trabajo, pero también está la rehabilitación de la Glorieta de Insurgentes que estaba sufriendo un proceso de descomposición social. Ahora esa zona está siendo remodelada para el paseo y recreación de todas las personas. Asimismo, avanzamos en el rescate de la Alameda Central que vivía bajo el asedio de diversos grupos de presión. En el mismo sentido, cumplimos al 100% la meta de eliminación de espectaculares instalados en azoteas. Disminuimos las ganancias de las empresas de parquímetros y lo recuperado lo destinamos a las colonias y vecinos.

Continuamos con vigor al rescate de la red hidráulica de la ciudad, mediante la rehabilitación y la reposición de pozos. También avanzamos en la conformación de una tercera fuente hídrica para la capital: la captación de agua de lluvia, para lo cual equipamos con infraestructura a las escuelas públicas.

El agua, como todos los recursos naturales, es fundamental para la vida y funcionamiento de la ciudad. A pesar de que llegó a vaticinarse el día cero en materia hídrica, en época de estiaje de este año se presentaron menos quejas por el desabasto de agua que el año anterior.

El agua es de todos y la ciudad también. Por eso, hemos dado combate frontal al desarrollo inmobiliario de alto impacto negativo. Para frenar el abusivo y descontrolado incremento de las rentas, enviamos al Congreso de la Ciudad de México una iniciativa que ya fue aprobada para que la actualización en el alquiler de las viviendas no sea superior al de la inflación anual. De igual manera, iniciamos el programa de Vivienda en Renta para Jóvenes. En este sentido, entregamos vivienda a indígenas que vivían en campamentos instalados en calles y plazas de esta urbe. En estos 12 meses se han realizado 27 mil acciones de vivienda.

Como ha dicho siempre el Presidente Andrés Manuel López Obrador en el ya lejano año 2000: atendemos a todos, respetamos a todos y gobernamos a todos, pero le damos preferencia a los pobres. No concebimos que quienes construyeron la ciudad no tengan un espacio para vivir en ella. No concebimos una ciudad que rechace las prácticas y expresiones culturales de los barrios. Por eso reconocimos a los Carnavales, a la Cultura Sonidera, al género del Bolero y al Tianguis Cultural del Chopo como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Ciudad de México.

De forma complementaria acercamos la música clásica a los barrios y colonias más populares de la capital: ahí están los conciertos de la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México en la Sierra de Santa Catarina, en Tepito y en Cuautepec. Por si fuera poco, nuestro Zócalo fue escenario de la primera Clase Masiva de Ballet encabezada por la célebre bailarina mexicana Elisa Carrillo.

La ciudad es de todos y de todas. Por eso además de las tareas derivadas de la Alerta de Género y otras como los senderos seguros, iniciamos un proceso participativo para quitar de las calles nombres de algunos hombres que han ofendido a la sociedad desde el poder. En su lugar pusimos nombres de mujeres artistas, activistas, políticas, revolucionarias. Queremos que la sociedad capitalina comience a conocer y reconocer el papel de las mujeres en la transformación del mundo, del país, de la ciudad y de cada comunidad y este es un paso para ello.

Soy un convencido de que cada periodo histórico debe reflejarse y concretarse en un nuevo marco jurídico. En este sentido, durante los últimos 12 meses hemos enviado y han sido aprobadas variadas iniciativas, entre ellas:

La que aumenta sanciones contra el delito de tala de árboles; la que establece regulación del servicio de alojamiento por plataformas digitales; la que persigue y sanciona la corrupción inmobiliaria; la que prohíbe la privatización del agua en cualquier modalidad; la que establece la creación de un sistema de bienestar en la Ciudad de México; la que plasma en la Constitución el derecho a los comedores sociales; la que establece el derecho constitucional al Mejoramiento Barrial; la que incorpora el derecho de las Unidades Habitacionales a contar con recursos públicos para su mejora y mantenimiento; la reforma constitucional que indica que la función del Poder Judicial debe ejercerse con base en los principios de justicia restaurativa, justicia redistributiva e igualdad sustantiva, privilegiando la aplicación de la justicia social por encima de los elementos no esenciales del procedimiento y la que recupera el principio de la propiedad originaria de la nación en nuestro orden constitucional.

Amigas y amigos:

En este último año enfatizamos nuestra voluntad de transformación y desplegamos nuestra imaginación para avanzar en la lucha contra la marginación y la
exclusión social en la capital del país. Concluye un capítulo, pero no termina la historia. Desde donde estemos, desde donde nos toque luchar, siempre pensaremos en esta ciudad que conocimos en la profundidad de sus desgracias y esperanzas en los sismos de 1985, en esta ciudad que nos enseñó en la importancia de la educación pública y gratuita, en esta ciudad de la que aprendimos que justicia social tiene que ver más con la sensibilidad que con la teoría política, en esta ciudad que nos arropó en los años de persecución política y que nos indicó
la ruta para lograr la victoria del proyecto de la transformación.

En estos 12 meses trabajamos para hacer un gobierno que ayuda a la gente, al trabajador, al ama de casa, al estudiante, al oficinista, a la señora de las tortillas, al señor de la papelería, al abuelito jubilado, a la madre soltera, a la secretaria, el mensajero, el emprendedor, a todas y a todos, para que se hayan sentido respetados, representados y escuchados. Nuestro orgullo será haber contribuido a cambiar con acento social, con sentido de justicia, con trabajo, honestidad y amor al pueblo, esta gran Ciudad de México.