En los últimos años hemos experimentado el incremento de la violencia que se ve reflejada en el número de delitos: robo a transeúntes, a negocios, de vehículos, a casas habitación; así como homicidio doloso y violaciones.
Las raíces de la inseguridad que hoy vivimos en la ciudad están ubicadas en la falta de oportunidades para el desarrollo integral de las personas, sobre todo, de los jóvenes que no encuentran espacios de desarrollo personal en su comunidad.
El modelo de atención al delito en la administración anterior abandonó la prevención, inhibió la participación ciudadana y descuido las demandas ciudadanas. A esto hay que añadir la falta de coordinación entre las instituciones de seguridad y procuración de justicia que desembocó en altos niveles de impunidad. La deficiencia de los cuerpos de investigación, planeación e inteligencia impidieron frenar los hechos delictivos. El deterioro en las condiciones laborales de las policías ocasionó el debilitamiento institucional y la ausencia de coordinación de los tres órdenes de gobierno entorpeció la alineación de las políticas de seguridad.
Impera entre los habitantes de nuestra ciudad una sensación justificada de inseguridad, indefensión y poca credibilidad en las instituciones encargadas de procurar justicia. Esta percepción se exacerbó por la torpeza exhibida al ocultar la magnitud de la delincuencia con la manipulación de cifras.
Los habitantes de esta ciudad tenemos el derecho constitucional a la convivencia pacífica y solidaria, a la seguridad y a vivir libres de amenazas. Nuestro mayor esfuerzo en estos primeros meses de gobierno ha sido atender las causas profundas de la inseguridad al tiempo de fortalecer las capacidades institucionales y nuestro marco normativo.
Hemos puesto especial atención a la seguridad de las mujeres que se han enfrentado a agresiones, acoso y menosprecio de la autoridad. Formamos grupos de abogadas en las Agencias del Ministerio Público, Centros de Justicia con equipos multidisciplinarios para atender las situaciones de violencia de género a través de operativos especiales en zonas de riesgo, principalmente cercanas a estaciones de transporte colectivo.
Asimismo, desde el inicio de nuestro gobierno, refrendamos el compromiso de construir una ciudad resiliente ante los desastres naturales que nos han sacudido con frecuencia. Hemos demostrado que somos solidarios y capaces de construir la paz.
Mejorar la seguridad es una prioridad de este gobierno, por eso nos hemos comprometido a lograr una Ciudad de México segura con base en una estrategia de seguridad ciudadana y de procuración de justicia con respeto a los derechos humanos y basada en evidencia.
Nuestra plan consiste en hacer cambios de fondo en la manera en cómo funciona el sistema de impartición de justicia para acabar con la corrupción, para atender las causas de la inseguridad, mejorar el desarrollo de la policía y su atención para la ciudadanía, fortalecer las labores de inteligencia y justicia, mejorar la coordinación de acciones entre las instituciones y fortalecer el marco legal. La estrategia de seguridad ciudadana y de procuración de justicia en este gobierno, está sustentada en 5 ejes de acción: