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Gobierno con Acento Social: Seis años de transformación y progreso en la Ciudad de México

A lo largo de estos seis años de gobierno, dimos cumplimiento a los compromisos adquiridos al inicio de la administración. Poco a poco fuimos sentando las bases de la cuarta transformación de la vida pública en la Ciudad de México.

Transformamos la gestión del dinero público de la Ciudad de México bajo los principios de honestidad y austeridad republicana para garantizar el bienestar y los derechos de todas las personas que habitan esta ciudad. Durante el último año de gestión, reforzamos esfuerzos en territorio para instrumentar una visión de bienestar global en la administración pública que se resume en el lema Gobierno con Acento Social.

Con gobernabilidad y acciones de transformación, reafirmamos a la ciudad como una entidad progresista. En este último año, las y los servidores públicos de todos los niveles reafirmaron la determinación de servir al pueblo desde las calles de colonias y barrios para atender la demanda ciudadana y comprender la problemática de las personas. Gobernando desde el territorio, no desde el escritorio.

Garantizamos el derecho a la educación para todas y todos los niños y jóvenes que estudian en la ciudad para demostrar que, si queremos igualdad, si queremos paz, si queremos la construcción de un México próspero y con justicia, la educación debe ser el cuerpo y el corazón esta transformación.

Con una visión amplia y poniendo a las personas y comunidades en el centro de todas las acciones en salud, se favoreció una estrategia integral afirmando con hechos que para el Gobierno de la Ciudad de México la salud es un derecho, no un privilegio o una mercancía.

Trabajamos de forma intensiva en el fortalecimiento del deporte comunitario para crear salud y bienestar en las familias y para generar semilleros de deportistas de alto nivel. La activación física ha impulsado a la gente a realizar actividades físicas para mejorar su salud, particularmente después de haber superado los estragos de la pandemia y sus secuelas. Hicimos de la activación física y la práctica del deporte un derecho que todas y todos los habitantes de la ciudad puedan disfrutar con igualdad.

En lo que respecta al entorno urbano, buscamos garantizar el disfrute y disposición de una ciudad para todas y todos. Se ordenó el paisaje urbano al quitar todos los espectaculares en azoteas, garantizando la seguridad de los ciudadanos. Renovamos grandes extensiones del centro histórico y vías primarias, renovando y preservando el patrimonio histórico cultural y urbano de la ciudad, usando los instrumentos del desarrollo urbano con un enfoque social y de desarrollo colectivo, construimos vivienda social y se atendieron demandas históricas de diversos sectores.

Se fortaleció el derecho al espacio público, con la renovación de los diversos parques de la ciudad y la adecuación de nuestras principales calles y avenidas para transformarlas en espacios amigables con las mayorías. Peatonalizamos el Zócalo capitalino, trabajamos en la rehabilitación de la Glorieta de Insurgentes que estaba sufriendo un proceso de descomposición social. Asimismo, avanzamos en el rescate de la Alameda Central que vivía bajo el asedio de diversos grupos de presión.

Hoy la Ciudad de México tienen un enfoque social y humanista, que se corresponde con el momento histórico que vive la nación, hoy se respeta la normatividad y se cuida que la ciudad crezca y se desarrolle con un enfoque que priorice a los que menos tienen, con el objetivo de reducir las desigualdades y contribuir a la construcción de una ciudad libre y de derechos.

En la Ciudad de México la vivienda es un derecho, que durante esta administración nos comprometimos a garantizar, empezando por los damnificados que dejó el sismo de 2017 y las poblaciones con dificultades económicas y sociales.

Se logró la reconstrucción de las viviendas afectadas por el sismo de 2017 y superamos la meta de las 100 mil acciones de vivienda con un enfoque social y humanista que busca evitar la expulsión de las familias de menores ingresos a las zonas periféricas. Hemos dado combate frontal al desarrollo inmobiliario de alto impacto negativo. Enviamos al Congreso de la Ciudad de México una iniciativa que ya fue aprobada para que la actualización en el alquiler de las viviendas no sea superior al de la inflación anual. Generamos nuevos modelos de construcción de vivienda social que aumente la oferta de vivienda digna y bien localizada como es el caso del reciente programa de Vivienda en Renta para Jóvenes que acabamos de lanzar.

Contribuimos a construir una ciudad menos desigual y que brinda oportunidades para todas y todos. En este sentido, entregamos vivienda a indígenas que vivían en campamentos instalados en calles y plazas de esta urbe. En estos 12 meses se han realizado 27 mil acciones de vivienda. Impulsamos la construcción de vivienda nueva y el mejoramiento de la existente a través de programas de vivienda social para apoyar el mantenimiento y recuperar las áreas comunes de las unidades habitacionales.

Hoy podemos decir que se cumplieron con las demandas de un gran sector de la sociedad; se atendió la demanda histórica de los habitantes de la ahora Ciudad del Bienestar en Tacubaya, se están llevando a cabo proyectos como La Montada en Iztapalapa, los Programas de Vivienda en Atlampa, Vivienda Indígena, Vivienda en el Centro Histórico, sustitución de vivienda de alto riesgo, entre otros.

Llevamos a cabo una visión integral para el manejo sustentable del agua, estableciendo las acciones necesarias para atender de manera simultánea los requerimientos inmediatos de la población y la necesidad de regenerar los ecosistemas naturales y los acuíferos de los cuales depende la disponibilidad de agua en la región. Invertimos más de $10 mil millones en la política hídrica de la ciudad con lo que hicimos posible, recuperar mil litros de agua por segundo y avanzar de manera sustancial en el acceso al agua potable de todos los hogares.

Se aplicó una estrategia que permitió enfrentar los impactos de la pandemia en la actividad económica, recuperar su dinámica de crecimiento, la confianza empresarial y del consumidor, generar certidumbre a las inversiones y sentar bases para el desarrollo futuro.

Se dejaron atrás las políticas que beneficiaban únicamente a los desarrolladores que especulaban con el precio del suelo, dejando de lado a las mayorías que exigían una ciudad más igualitaria.
Logramos rescatar la diversidad étnica y cultural de la ciudad creando la Secretaría de Pueblos y Barrios Originarios y Comunidades Indígenas Residentes que desde 2019 se ha encargado de garantizar el pleno ejercicio de los derechos específicos en materia indígena, promover la igualdad y el respeto hacia sus diversas expresiones culturales y lingüísticas. A lo largo de seis años, se han logrado avances significativos para garantizar el acceso a los derechos económicos, sociales y culturales, de los pueblos, barrios y comunidades indígenas. Además, para buscar la preservación del patrimonio histórico, se publicó un decreto para garantizar la protección del paisaje urbano histórico, el tejido social, barrial, cultural y la preservación de las Áreas de Conservación Patrimonial de 135 polígonos que contienen asentamientos humanos cuya fundación data de la época prehispánica y hasta fines del siglo XIX.

Hoy la Ciudad de México tiene un enfoque social y humanista, que se corresponde con el momento histórico que vive la nación, hoy se respeta la normatividad y se cuida que la ciudad crezca y se desarrolle con un enfoque que priorice a los que menos tienen, con el objetivo de reducir las desigualdades y contribuir a la construcción de una ciudad libre y de derechos.
La imagen actual de nuestra ciudad es un ejemplo de capacidad de transformación que está construyendo condiciones de sustentabilidad y justicia social, con soluciones innovadoras para garantizar los derechos de todas las personas.

Convertimos a la Ciudad en la verdadera Capital Cultural de América Latina. Pusimos a los derechos culturales en la base de las políticas públicas y el fortalecimiento de la cultura comunitaria como esencia de nuestras acciones. Acercamos la música clásica a los barrios y colonias más populares de la capital: ahí están los conciertos de la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México en la Sierra de Santa Catarina, en Tepito y en Cuautepec. Por si fuera poco, nuestro Zócalo fue escenario de la primera Clase Masiva de Ballet encabezada por la célebre bailarina mexicana Elisa Carrillo.

Mejoramos las condiciones de seguridad para todos los habitantes de la ciudad y dejamos claro que nuestro principal eje de trabajo fue siempre servir a todos los habitantes de la Ciudad de México.