La política de ingresos y gastos del Gobierno de la Ciudad de México ha conseguido sentar bases sólidas para la transformación de la vida pública y el logro del bienestar de las familias. Esto ha sido posible porque formamos parte de un movimiento nacional con principios éticos y políticos que guían nuestras acciones: austeridad republicana, combate a la corrupción, cercanía con la ciudadanía, responsabilidad en el manejo de la deuda pública y transparencia en el uso de los recursos. A estos principios hemos sumado una visión de sustentabilidad, inclusión e innovación para garantizar que el cambio en la Ciudad de México sea perdurable, que esté basado en la garantía y ampliación del ejercicio de los grandes derechos. El cambio que impulsamos está enraizado en nuestros principios de honestidad, justicia y equidad.
Desde el primer año de gobierno se generaron ahorros importantes por la reducción de plazas altas de estructura, la eliminación de instituciones con funciones duplicadas, la cancelación de seguros de gastos médicos privados, de gastos suntuosos y de contratos innecesarios de mantenimiento, y por la reducción de partidas para comunicación, servicios y materiales. Con estas medidas hemos recuperado más de $80,000 millones, redireccionados para financiar proyectos
públicos de infraestructura, con visión de largo plazo, transformar a la capital en una ciudad sustentable; incrementar el salario de las y los trabajadores de base con menores ingresos, y de las y los policías, así como para la creación de nuevas
dependencias indispensables en la mejora de los servicios del gobierno.
En el segundo año de gobierno se avanzó en la consolidación de una Tesorería moderna cercana a la gente, con acciones de justicia tributaria y eficiencia recaudatoria, pero sin desproteger a los hogares de menores recursos durante la emergencia sanitaria. Se amplió la base gravable para que contribuyan más quienes más pueden hacerlo, sin aumentar tasas impositivas en términos reales y manteniendo el esquema de beneficios fiscales para grupos vulnerables. Se fortalecieron las transferencias directas como mecanismo para sostener el consumo y se continuó con el programa de inversiones públicas más ambicioso de las últimas décadas.
En el tercer año tuvimos logros importantes en el fortalecimiento de las fuentes locales de ingreso. Somos la entidad con la mayor autonomía financiera del país; generamos casi 50% de nuestros ingresos, gracias a la confianza de las personas y las empresas que cumplen sus obligaciones al ver materializada su contribución fiscal en las mejoras de su entorno. Continuó el manejo responsable y estratégico del gasto público para dar prioridad a las necesidades generadas por la pandemia.
Mantenemos una agenda amplia de modernización con el desarrollo de herramientas digitales para facilitar y dar transparencia a la labor administrativa.
En el cuarto año y quinto año de la administración se consolidaron proyectos y se cumplieron compromisos del Programa de Gobierno 2019-2024, sin endeudar a la ciudad, más bien con una reducción de la deuda en términos reales.
La ciudad ha recuperado su dinamismo económico y laboral, y atrae inversiones y visitantes, incluso por arriba del nivel prepandemia. Se avanzó en la modernización e integración del sistema de movilidad; la estrategia de seguridad ha reducido la incidencia delictiva en más de 50%; avanzamos en el cumplimiento de los objetivos para combatir el cambio climático; hoy miles de estudiantes más están inscritos en los nuevos planteles del Instituto de Educación Media Superior y en las dos nuevas universidades; tres nuevos hospitales y la renovación de clínicas hacen efectivo el derecho a la salud de las personas que no cuentan con seguridad social; reforzamos el derecho a la vivienda con la reconstrucción de las que fueron dañadas por el sismo de 2017, los créditos para vivienda nueva y los trabajos de mantenimiento en unidades habitacionales.
Mantenemos la disciplina fiscal, el uso inteligente de los recursos y la contratación de deuda con las mejores condiciones de plazos y tasas de interés. El saldo de la deuda pública del Gobierno de la Ciudad, al cierre de diciembre de 2022, se situó en $98,937.7 millones, con lo que se alcanza una reducción de la deuda de 2.9% con respecto al cierre de 2021 y una reducción acumulada, en términos reales, de 4.5% respecto a diciembre de 2018. Con esta trayectoria la administración logrará en 2024 una reducción de la deuda de 8% en términos reales respecto a 2018. La deuda contratada se ha centrado en el financiamiento
de proyectos de alto impacto en la calidad de vida de la ciudadanía, como las líneas 1 y 2 del Cablebús.
La calidad crediticia de la ciudad se ha mantenido estable, obteniendo la máxima escala de calificación en 2022 por parte de HR Ratings (HR AAA) y Fitch (AAA MEX). Fitch destaca que la Ciudad de México se posiciona como el motor económico del país, con una diversificación económica alta, una vinculación relevante con el sector externo, el nivel de ingresos per cápita más elevado del país y la mayor autonomía financiera entre todas las Entidades Federativas. La Secretaría de Hacienda y Crédito Público nos mantiene en semáforo verde con una calificación de endeudamiento sostenible.
Las finanzas públicas de la ciudad muestran un fortalecimiento creciente. Al cierre de la Cuenta Pública de 2022 los ingresos propios representaron 48% de los ingresos totales; superando la meta de recaudación en 18.4%. Para el periodo de enero a julio de 2023 se prevén Ingresos Totales de la Ciudad de México por un monto de $169,263.8 millones, cifra 8.2% por arriba de lo establecido en la Ley de Ingresos de la Ciudad de México y 6.3% más que lo recaudado en el mismo periodo de 2022.
Modernizamos la Hacienda Pública para facilitar el pago de obligaciones fiscales, mediante el desarrollo de la aplicación Tesorería de la CDMX, la Plataforma de Beneficios Fiscales y la ampliación a 35 kioscos fijos y dos unidades móviles, así como un nuevo Sistema de Control Vehicular (Sicove) que permite registrar, desde las agencias automotrices, a todo vehículo nuevo que se comercialice en la ciudad; y el nuevo Sistema de Administración de Contribuciones (SAC), con un padrón único de 249,843 contribuyentes al cierre del Ejercicio Fiscal 2022.